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Desde que empezó el año esto es un no parar, hasta el 31 de diciembre todo eran ideas y algún que otro boceto. De ahí nacieron los propósitos para el nuevo año y la verdad es que no los llevo muy mal. Han pasado 22 días desde que comimos las uvas y ya he compartido con vosotros alguna que otra idea, entre ellas mi proyecto de logos prediseñados.

Este sábado me lié la manta a la cabeza y abrí mi tienda Etsy, que no se si me llevará a algún lado pero la suerte queda tentada y por último, la novedad de la semana que os tenía anunciada. Mamá Josefa se decide con las láminas para enmarcar y colocar en nuestras paredes favoritas de casa, la oficina o comercio. Desde el principio, Mamá Josefa ha ido ilustrando sus pensamientos, frases favoritas o día a día para compartirlo con vosotros en este blog y facebook. Ahora tocaba hacerlas un poco más atemporales para que nos acompañen todos los días y nos den un poco de buen rollito (que hace falta), con ellas os lleváis un poco de Mamá Josefa y del cariño que pone en su trabajo. 

Empiezo con siete, el número mágico, y hay un poco de todo: que hablan del hogar, de lo fabulosas que somos, de lo que somos capaces de hacer y, aprovechando que llegan tiempos amorosos, también las hay que nos ayudan a decir a las personas que queramos, lo mucho que las queremos.

La verdad es que son muchas cosas en mucho tiempo, muchos cambios (que no son malos), mucha ilusión y sobre todo mucho trabajo entre juego y juego con el duende y las otras labores menos glamurosas de la vida en casa. 

No se si todo esto saldrá sólo un poco de bien o del todo mal pero lo importante ya está hecho y satisfecha os lo comparto porque me gusta el resultado y he disfrutado un montón haciéndolo, espero que a vosotros os guste sólo un poquito de lo que me gusta a mi para tener más motivos para seguir trabajando de esta manera.

Me está quedando un post un poco cursi, pero es que Mamá Josefa es cursi ¡que le vamos a hacer!

La cosa es que cuando comencé esta aventura en el mes de julio del 2012, no se me pasaba por la cabeza que, media docena de meses después, iba a estar como estaba ¿que como estoy? ¡FELIIIIIIIIIIZ COMO UNA PERDIIIIIIZ!